Reseña: Seré Frágil

Quizá Seré Frágil no era mi primera opción para leer, dado que soy muy sensible con ciertos temas. Sobre todo porque siempre se tiende a banalizarlos o a no profundizar en ellos. Me enfadé mucho con la serie 13 reasons why o Por 13 razones porque no fueron capaces de hacer entender al espectador por qué Hannah acaba suicidándose, qué era lo que pasaba por su cabeza, qué sentía verdaderamente. Y, aunque Seré Frágil en algunos momentos me recordaba a la serie, puedo decir que tiene todo lo bueno de ella.

33137800Sinopsis: Sara Soler se odia. A pesar del amor de su pareja, de sus amigos y de su familia, nunca se ha sentido suficiente. Todo empieza a cambiar tras la muerte de su compañera de clase, Sofía, después de luchar durante años contra la anorexia. En su funeral, los padres de Sofía le entregan a Sara el diario de su hija, asegurándole que lo han encontrado bajo una nota con su nombre. A través de sus palabras, Sara empieza a conocer los misterios de su pasado, mientras su presente se va contagiando de la mentalidad enferma de Sofía. La guerra no ha hecho más que comenzar. Una guerra en la que, para sobrevivir, Sara tendrá que luchar contra sí misma.

«Nunca podré contar lo que me ocurrió si no hablo antes de ella. Todo ese sufrimiento, todas las guerras que he tenido que librar en mi cabeza, todo el odio; todo es por su culpa. Me llamo Sara y esta es la historia de cómo Sofía me hizo creer que sería feliz. Su voz no intentaba embellecerme, intentaba matarme».

Gracias a Lidia Weasley, del blog La literatura de los dormidos despiertos, este libro llegó a mis manos. Queríamos hacer una lectura conjunta de un libro especial, y ella recomendó este. A principios de junio, este libro pasará a manos de Rolly Haacht, para después, volver a manos de su dueña, Lidia. Una iniciativa preciosa porque nos deja poner pos-its en él y así compartir nuestros pensamientos y experiencias personales.

Pero no me lío más, al libro. Avisaré cuando ponga algún spoiler.

Lo primero que me atrapó fue la normalidad. Sara es una chica que saca muy buenas notas y que disfruta con sus amigos, comiendo y viviendo. Tiene sus complejos, claro, pero quién no a esa edad. Por ello, en ella encontré reconocimiento, dado que yo tampoco destacaba en el instituto, siempre intentaba estar en un segundo plano y también pensaba que lo bonito era estar delgada, y yo no lo estaba. Al menos no como algunas de mis amigas, a las que se les notaban algo más los huesos. Sin embargo, no me refugiaba en el estudio, yo escribía. No tenía esa carga tan dañina que me exigía sacar sobresalientes, porque nunca he sido de notazas. Sabía que debía aprobar, pero he sido más bien vaga en ese aspecto.

A lo que me refiero es que si hubiera leído este libro en ese momento en el que yo me sentía vulnerable anímicamente o que no pensaba bien sobre mi cuerpo, probablemente me habría afectado de una u otra forma. Y al leerlo a mis 25, me he dado cuenta del grado de madurez que he adquirido y he podido profundizar mucho en las situaciones y personajes. Es decir, que he sentido ese reconocimiento, y por ello, he aprendido mucho.

¿Por qué digo lo de que me podría haber afectado? Porque a esas edades, al igual que le pasa a Sara, tendemos a obsesionarnos con lo que cae en nuestras manos. Y, si es sobre algo que realmente nos preocupa, podemos llegar a imitar comportamientos. No critico para nada la historia, pues me parece muy necesaria y que está MUY bien contada. Solo intento reflexionar sobre lo que me parecía mientras leía. Me ponía en la situación de yo con 16-17 años y, quizá, no habría analizado nada, si no que me compararía inmediatamente y también pensaría que estaba gorda y que necesitaba ponerme a dieta. Con lo tóxico que es el diario de Sofía, no sé hasta qué punto podría haber calado en mí. Me ponía enferma leer su diario.

Pero precisamente por ser esto lo que el libro critica, lo vulnerable que se es a ciertas edades y con ciertos temas, me gustó mucho. Es por eso por lo que yo pensé en esto que cuento. Que no quiero llegar a ningún lado con esta reflexión, cada uno es libre de leer lo que quiera. Lo único es que creo que lo he leído en el momento adecuado.

Y ahora dejadme analizar más. Porque, al igual que Por trece razones, hay muchos temas que se parecen: los espectadores silenciosos, los espectadores cómplices, la ineptitud de las instituciones, la ignoranciapasividad y torpeza de algunos profesores, la visión casi inamovible que tienen los padres de sus hijos, la ceguera propia ante los problemas de los demás. Porque al final no hay más ciego que el que no quiere ver y eso me creaba un conjunto de asco por la sociedad bastante grande. ¿Por qué? Porque pasa cada día y es más cómoda la postura de mirar a otro lado.

Pero hablemos de algo más amable: de David. Es un amor. Lo supe desde el comienzo, y a lo largo del libro, se reafirma de mil formas. Cada uno de sus discursos es más inspirador que el anterior. Por eso, cada vez que hablaba con Sara, en mi mente salía un letrero que decía: Me caso con él. Es el pilar fundamental en esta historia. Aunque con palabras, a veces, poco se consigue si la persona está tan convencida de su propia verdad. La escena final que pasa con él me encogió el corazón, el estómago e hizo que los ojos se me llenaran de lágrimas. SPOILER (para leer, subrayar con el ratón) Nadie debería sopesar como opción el suicidio. Cuando Sara sube al terrado, me quedé sin respiración. Es terrible lo que puede hacer una enfermedad mental. Y cuando David se sienta a su lado y le dice que si salta, él salta también, me pareció tan valiente por su parte. Es un personaje auténtico, que la quiere con locura y que hará cuanto esté en su mano por cuidarla. Y que sabe que, si en realidad hubiese querido, ya se habría ido de una forma u otra. Pero reconoce a Sara, a la de verdad, la que todavía sigue ahí dentro y que no quiere marcharse.

Y, aún con todo, el miedo y la ignorancia pesan más que todo lo bueno. Sus amigos ven claramente lo que se está haciendo y no son capaces de dar la señal de alarma. Todos ellos lo ven, y actúan como meros espectadores. No sé hasta qué punto la lealtad se debe respetar cuando está en juego la salud. Vale que son chavales de 17 años, pero creo que a esas edades ya se sabe cuándo hay algo que no está bien. Sin embargo, lo comprendo. Da miedo decir en alto una verdad tan terrible porque parece que se vuelve más real. Es mucho más fácil mentirse a uno mismo. Y, por supuesto, mucho más fácil no ponerse en el lugar del otro para profundizar en su mal, entenderlo y ayudar.

Debra, a pesar de todo el comienzo, al final rompe su coraza y se deja alcanzar. Es uno de esos personajes con el que acabas empatizando y del que te causa cierto orgullo por la parte que le toca al acabar la novela. Aquella armadura se va desgranando y puedes ver sus demonios bajo su piel. Nadie se libra de tenerlos. Solo que algunos son mucho más poderosos que otros y no te sirves tú solo para poderlos vencer.

«Ten cuidado, porque a veces la destrucción se disfraza de amiga. Te deja con un sabor dulce y tentador en los labios, te hace creer que con ella serás feliz, y luego acaba convirtiéndote en cenizas».

La pluma de Beatriz es muy bonita. Y expresa de una forma tan precisa lo que es tener un TCA que da muchísimo respeto. Jamás he leído una novela que tratara este tema desde el comienzo, desde que eres una chica completamente diferente a lo que luego te conviertes. Por eso es tan creíble que duele. SPOILER Es genial volver a escuchar la voz verdadera de Sara al final.

Pero me quedo con todo lo positivo. Porque es una historia muy cuidada y que da un mensaje esperanzador. Se sale, se puede salir. Tiene mensajes tan bonitos sobre dónde reside la verdadera belleza que solo me salía poner corazones en esas partes:

«En ocasiones siento que hay personas que brillan más que otras, y no son precisamente las que están siempre bajo los focos […] Normalidad. Sí, quizás eso. Una pacífica y armoniosa normalidad, una vida llena por delante. Vi cómo mira a sus amigos, cómo los quiere. Vi cómo lee libros y poemas a escondidas, cuando nadie la mira, y cómo pierde el bus aposta para pasear un rato con música de fondo[…] La verdadera belleza, esa que te embarga al ver a una chica que destila vida por los cuatro costados […] Porque personas como ellas son vida y son magia».

Para terminar, solo me queda dar las gracias a Beatriz por esta historia. He aprendido mucho, pero mucho. Es un bofetón de realidad y una mano amiga. Estoy deseando leer más de ella. Estoy segura de que tiene muchísima más verdad que decir.

Por eso, le doy 8 escobas y media. Aunque la puntuación en este caso, es lo de menos.

2 comentarios en “Reseña: Seré Frágil

  1. Bea; dijo:

    No sé cómo agradecerte esta reseña. No sé, me parece que ha sido como si estuviera hablando contigo, y que has entendido todo lo que trataba de explicar… Y que has visto más allá. Además, ¡escribes muy bonito! De verdad, leer la reflexión ha sido un gustazo.
    Mil gracias, Sonia, me alegra mucho que la novela haya caído en tus manos 🙂

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