Reseña: Art in the blood

Este libro llegó a mis manos en un viaje que hice el año pasado a Salamanca. Justo en frente de la catedral había una librería a los bajos de un edificio que me pareció muy coqueta. El primer día decidí que no me iba a ir sin haber entrado a cotillear un poco, así que una tarde me acerqué. Estaba indecisa porque quería varios libros (cómo no), pero mi chico salió con este ejemplar en las manos sabiendo que me encanta Sherlock Holmes y que quería leer más en inglés. Así que me lo llevé. Se ve que trajo la magia de ese momento y por eso ha sido una historia que me ha gustado.

23656887Sinopsis: London. A snowy December, 1888. Sherlock Holmes, 34, is languishing and back on cocaine after a disastrous Ripper investigation. Watson can neither comfort nor rouse his friend – until a strangely encoded letter arrives from Paris. Mlle La Victoire, a beautiful French cabaret star writes that her young son has vanished, and she has been attacked in the streets of Montmartre.
Racing to Paris with Watson at his side, Holmes discovers the missing child is only the tip of the iceberg of a much larger problem. The most valuable statue since the Winged Victory has been violently stolen in Marseilles, and several children from a silk mill in Lancashire have been found murdered. The clues in all three cases point to a single, untouchable man, an art collector seemingly beyond reach of the law.
Will Holmes recover in time to find the missing boy and stop a rising tide of murders? To do so he must stay one step ahead of a dangerous French rival and the threatening interference of his own brother, Mycroft.
This latest adventure, in the style of Sir Arthur Conan Doyle, sends the iconic duo from London to Paris and the icy wilds of Lancashire in a case which tests Watson’s friendship and the fragility and gifts of Sherlock Holmes’ own artistic nature to the limits.

Lo que más destaco en realidad es la cantidad de vocabulario que he adquirido con esta lectura. Hay palabras que, por la época, no conocía: sirviente, curtidor, mayordomo, telegrama, ayudante de cámara… Y otros tantos sustantivos y verbos. Cuando leía los libros que nos mandaban en el colegio en inglés, lo que iba haciendo era buscar la palabra en cuanto aparecía y la escribía encima de la palabra a lápiz. Pero eso hacía que perdiera mucho tiempo. Esta vez he ido leyendo del tirón, procurando entender todo por el contexto si alguna palabra no me sonaba. Sí que he ido subrayando las palabras, ya que obviamente no quería que eso quedara ahí olvidado. A mí me encantan los idiomas, así que me abrí un word, busqué las palabras y lo tengo impreso para leerme varias veces las palabras hasta que me suenen. Me parece un buen ejercicio para retener nuevo vocabulario.

Y una vez dicho esto, vamos a la historia. No es una novela escrita por Sir Arthur Conan Doyle ni una historia suya pensada y nunca escrita. Bonnie MacBird ha sabido emular la manera de escribir del autor y ha elaborado una aventura muy plausible dentro del mundo del detective Sherlock Holmes. Tengo una debilidad con estas novelas desde que me hice fan de la serie de la BBC, Sherlock. Así que leerla ha sido un placer. Y sorpresa sorpresa, porque la autora, en los agradecimientos, pone que se ha inspirado precisamente en el Sherlock Holmes de Benedict Cumberbatch y en el Dr. Watson de Martin Freeman (también en los de la peli, en Robert Downey Junior y Jude Law, pero destaco a los otros porque es donde mi fangirl interior ha gritado de emoción).

Art in the blood parte de varias incógnitas que van resolviéndose muy lentamente a lo largo del libro, lo que hace que siempre tengas alguna pregunta en la cabeza; que al final es lo que hace que continues leyendo. Hay un niño desaparecido, una cantante de un local de cabaret que cree que quieren matarla, una escultura antiquísima cuyo gobierno británico quiere para sí, surge otro detective que mete sus narices en el trabajo de Sherlock… Todo ello tratado desde el grandísimo intelecto de Holmes y los chascarrillos e inestimable ayuda del doctor Watson.

El caso, aunque en un principio parece estar resolviéndose, va dando giros conforme se va llegando al final. Las primeras conclusiones son equivocadas, los sospechosos son inocentes, y la muerte acecha por todas partes conforme van indagando más. Lo que creía que sería un caso sobre un asesinato, acaba siendo algo más truculento. Y hasta aquí puedo leer.

Lo bueno que tiene, además, es que sus capítulos son muy cortos. Así que no se hace pesado estar leyendo en otro idioma porque tienes la posibilidad de dejarlo cuando consideres. Y, aparte de las palabras de la época, no tiene un vocabulario complicado. Sí que es cierto que al final he conseguido juntar muchísimas palabras para aprenderlas, pero creo que muchas puedes sacarlas por contexto.

A lo que quiero llegar es a que, si te gustan las historias sobre Sherlock Holmes y su ayudante John Watson, este libro es imperdible. Aunque no sé cómo será su traducción en español, al menos en inglés ha conseguido emular perfectamente al autor original de las aventuras del famoso detective. Por eso le doy 8 escobas.